Paseando cerca de la costa resulta frecuente encontrarse con que un muro demasiado alto nos impide contemplar el paisaje. Resulta inevitable enfadarnos y nos preguntamos por qué alguien lo ha puesto ahí y cuál es el mejor método para poder derribarlo. A veces olvidamos que dar unos pasos hacia atrás y alejarnos ladera arriba es la mejor manera de salvar el obstáculo y atisbar el horizonte.